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Chisel, el baby manatí esperanza de una especie amenazada

Después de una travesía peligrosa, Chisel, un baby Manatí, y su madre llegan a su refugio de invierno.

Su eterna sonrisa de Mona Lisa y la ternura de sus movimientos no anuncian el peligro que los acecha cuando llegan al mundo. Desde que nace el Florida Manatíes viene a vivir a un mundo peligroso y la única protección que tiene es la de su madre.

En Blue Spring State Park. Save the Manatee Club compartió esta foto del Manatíe Faye y su pequeño baby. El año pasado Faye tuvo que ser rescatado por FWC y Volusia County por un accidente de bote. Estaba embarazada. En el verano tuvo a su ternero.

Serie Florida Manatíes

Parte I

Después de doce meses de gestación nació Chisel, un baby manatí a quien he venido documentando este invierno en un canal tranquilo de la Bahía de Biscayne. Para su especie, su nacimiento es un milagro porque los manatíes no reproducen con frecuencia. Este invierno, antes que las temperaturas bajaran por debajo de 65 grados farenheit, siguiendo un instinto natural, Chisel hizo su primer viaje hacia el Sur de la Florida navegando junto a su madre que la guió por rutas desconocidas. Después de una travesía peligrosa en aguas muy transitadas por embarcaciones comerciales y recreativas pudieron llegar a su refugio. El Océano es grande para Chisel pero ella tiene a su mamá. Chisel es el único manatí que me hace pensar en una estrella, por eso la llamé como la constelación.

Una vecina del canal pudo ver cuando llegaron y descubrió que este año habían dos baby y como cinco adultos. Fue el día que bajó la temperatura. Desde la ventana de su cocina ha podido ver los diferentes comportamientos: “Antes, solamente llegaban en los días más fríos y se marchaban apenas subían las temperaturas pero ahora se quedan todo lo que dure el invierno y los propietarios de botes vecinos tienen el cuidado de no molestarlos… Nosotros somos los guardianes. La gente aquí ha sido muy respetuosa, vienen niños a verlos con tanta ilusión y se quedan sin moverse”.

El día más frío. Chisel nada al lado de su madre después de amamantarse.

Esta historia de amor, convivencia humanos y manatíes, trae esperanzas en el año más difícil que ha vivido el Florida Manatí desde que estuvo a punto de extinguirse.

A 162 millas del refugio de Chisel en la costa de Biscayne Bay, más al norte está el Indian River Lagoon. Un tesoro natural que ha sido un refugio histórico para cientos de manatíes. Este año decenas de ellos han muerto hambrientos, una tragedia que no tiene precedentes. La proliferación de algas ha causado la pérdida masiva de pastos marinos y con ellos la muerte por hambre de los manatíes.

Uno de los manatíes que han aparecido muertos en la costa de la Florida (febrero 2021) Foto cortesía FWC & Save the Manatee Club

Save the Manatee Club, la organización que protege los manatíes ha declarado un estado de emergencia. Las hambrientas madres que amamantan están en una situación de emergencia al no tener los nutrientes que necesitan para vivir y mantener a sus crías.

Save the Manatee Club teme que esta situación se extienda a todos los refugios en la Florida y ha pedido que se investigue a fondo por qué tantos manatíes están muriendo. La pérdida de pastos comenzó en el 2009 pero este año ha sido el más crítico. Save the Manatee Club piensa que el Covid ha tenido mucho que ver con esto por la falta de personal para supervisar el habitad. A la perdida de pastos se suman las temperaturas extremas frías y los accidentes con botes. Demasiada presión sobre una especie tan vulnerable.

Patrick Rose, Director Ejecutivo de Save the Manatee Club ha pedido que se proteja el habitad y se levanten recursos. En el 2017 el Servicio de Pesca y Vida Silvestre cambió la clasificación del Manatí de la Florida.

“Al sacarlo de la Lista en Peligro de Extinción para Especie Amenazada se cometió un error. Esto ha sido devastador para el manatí. Fue una decisión precipitada, prematura e injustificada que impacta seriamente las posibilidades de asegurar su supervivencia a largo plazo”, manifestó Patrick Rose.

Pero el Servicio de Pesca y Vida Silvestre también está preocupado y reportó los números oficiales. En menos de tres meses 432 manatíes han muerto. Tres veces el promedio de cinco años y mayor que el 2020 cuando empezó a subir la cifra. En 12 meses murieron 637, casi todo por negligencias humanas donde los accidentes de botes son el número uno en la lista, dejando huérfanos a muchos manatíes.

Navegando a una velocidad de dos a cuatro millas por hora muchos de los manatíes pueden escapar del peligro de las propelas de los botes con rápidos movimientos de cola. Las madres ponen sus cuerpos para proteger a sus indefensas crías. La recuperación y rehabilitación de una manatí requiere meses, y durante este tiempo las madres no pueden cuidar de sus pequeños.

Algunas personas recuerdan el caso de E Moji, el baby manatí que quedó huérfano con solo dos semanas de nacido. Cuando el Lowry Park Zoo de Tampa lo encontró pesaba 66 libras y tenía el estómago lleno de basura. E Moji no pudo salvarse, a pesar de los esfuerzos por rehabilitarlo. En el 2018 sucedió algo parecido con Mr. Baby, otro manatí huérfano que no merecía morir.

(En la foto: Mr Baby) Cortesía Save the Manatee Club

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