Buenos Aires y la esquina de las Cinco Cúpulas

Durante años curiosamente siempre elegí caminar por la Avenida Roque Sáenz Peña o Diagonal Norte como la mayoría la conocemos. Para mí es la avenida más bella de la ciudad de Buenos Aires. Me encanta recorrerla desde el Obelisco hasta Plaza de Mayo, pero el lugar que me deja sin aliento es cuando Diagonal Norte y la calle Florida se cruzan.

Con solo levantar la mirada me siento pequeña rodeada de estas cinco grandes cúpulas. Es una avenida que logra hacerme perder la noción del tiempo con sus edificios centenarios al mejor estilo parisino.

Pararme en esta esquina y observar es un deleite para mis ojos y los de cualquier persona que pase por ahí durante el día.

Ver sus cúpulas en todos los tamaños y estilos enmarcadas según la época del año por jacarandás, es un placer para los sentidos. Cuando los jacarandás están en flor es mágico porque pincelan la avenida y los edificios muestran ese color lila tan típico de ellos.

• Cada vez que podía sacaba fotos de las entradas a los edificios, de sus fachadas y cúpulas, pensando que algún día podría entrar en ellos, mientras tanto leía, me informaba y hacía visitas guiadas en la zona enterándome de sus curiosidades.
• En el 2017 trabajé como voluntaria de Open House Buenos Aires, el Festival de Arquitéctura y Diseño Urbano, que dedica dos días a abrir las puertas de importantes edificios históricos y privados en la ciudad. Trabajando me enteré que se podían visitar los maravillosos edificios Bencich. Una oportunidad porque el resto del año no están abiertos al público para visitas. Sin embargo no me dieron los horarios y no pude visitarlos. Al año siguiente, cuando volvió a celebrarse Open House Buenos Aires lo intenté, pero mis horarios no coincidieron.

Por esos años supe que el gobierno de la ciudad tenía un programa llamado “Miradores de Buenos Aires” donde los edificios Miguel y edificio Bencich participaban.

Se podían visitar un día determinado en el mes, con cupos limitados y acompañados de un guía que te contaba su historia. Era casi una hazaña conseguir un lugar, pero hace unos días lo hice y pude comprobar todo lo que había leído.

Llegó el día en que pude subir a la terraza de la Cúpula Miguel Bencich y desde allí les cuento lo que descubrí.

Parada en la terraza de la cúpula Miguel Bencich pude observar muchas cosas curiosas: como que los remates de las cúpulas gemelas del edificio Bencich finalizan en dos figuras similares a los alfiles de ajedrez y que la cúpula del edificio Miguel Bencich termina con una figura similar a un peón de ajedrez.

Yo había leído una nota en el diario La Nación, donde las hermanas Bencich, hijas de Miguel Bencich, contaban que por una disposición municipal solamente permitían construir 10 pisos, pero los hermanos querían más oficinas. A Le Monnier, el arquitecto que diseñó estas bellezas, se le ocurrió la idea de hacer las cúpulas para ganar cuatro pisos más, ya que Miguel Bencich construía estos edificios con el propósito de alquilar sus oficinas.

Lo primero que hice cuando entré a la terraza, fue observar la avenida desde arriba hacia el lado del Obelisco y puede ver que los edificios originales no tienen más de 10 pisos.

Cuando miré hacia el otro lado, pude ver la Plaza de Mayo al final de la diagonal.

Frente al edificio Bencich apenas cruzando la calle Florida está el ex Banco de Boston, es un edificio que impacta por donde se lo mire. Tiene un estilo “plateresco español”. Fue diseñado por los arquitectos Chambers y Thomas. Siempre me llama la atención su cúpula hecha con tejas rojas, es algo que se destaca desde el Mirador de la Galería Güemes.

La Equitativa del Plata es la última de las 5 Cúpulas

La Equitativa del Plata es la última de estas cinco cúpulas que enmarcan Diagonal Norte y Florida.
Fue una compañía de seguros. El arquitécto que se ocupó de su creación fue Alejandro Virasoro.
Su estilo es precolombino con escalonamiento formal al mejor estilo de algunos observatorios maya.

Esta foto la tome desde el Mirador de la Galería Güemes hacia La Esquina de las Cinco Cúpulas.

Y esta otra la tomé desde la terraza del edificio Miguel Bencich en La Esquina de las Cinco Cúpulas hacia el Mirador de la Galería Güemes.

Otro de los programas culturales que tiene la Ciudad de Buenos Aires es la iluminación de las fachadas de edificios históricos con determinada arquitectura.

Hay que sumarle que en esta esquina mirar la fachada del ex Banco de Boston cambiando de colores es un plus. ¿Qué mejor que terminar el día disfrutando de estas vistas?