Frente a la bahía de la Habana, en los predios del casco histórico de la Habana Vieja, en Cuba, se encuentra la Catedral Ortodoxa Nuestra Señora de Kazán. El templo del ícono de la Madre de Dios es el más grande de América y pertenece a la jurisdicción de la Iglesia Ortodoxa Rusa del Patriarcado de Moscú.
Los viajeros que llegan a la Habana y los locales que viven en la Habana Vieja coinciden en que más allá de su singular belleza, este es un sitio donde se siente una energía muy especial, una serena quietud en medio de una zona que la caracteriza el espíritu alegre, de fiesta, de ritmo, donde confluyen en el día centenares de personas.
Es sorprendente el encanto que se produce en los visitantes al divisar esta construcción de arquitectura bizantina, rodeada de edificaciones y plazas de la época colonial, que sobrevivieron los embates del tiempo.
Daise Pérez, una ferviente devota de la “madre de Dios”, quien lleva cincuenta años viviendo en la zona donde se construyó la Catedral Ortodoxa, confiesa:
Desde que colocaron el ícono de la Virgen de Kazán en la Iglesia, en el camino hacia mi casa, hago una parada para pedirle la bendición. Cuando conocí la historia de sus milagros… ella representa a la Santísima Virgen María. A veces llevo a la gente que está perdida y no encuentran el lugar. Ella está en todas mis caminatas. La Catedral es un lugar fascinante, sobre todo, cuando los rayos del sol se proyectan en sus enormes cúpulas. Cuando entras, en los interiores sientes ese refugio acogedor, y lo más lindo es cuando miras hacia afuera y ves las aguas del mar de la bahía de la Habana. Yo nunca he viajado fuera de Cuba y este lugar me transporta tan lejos, dicen que se parece mucho a la Catedral del Kazán que existe en Rusia.
Situada en la misma Avenida del Puerto, entre las calles Sol y Santa Clara, esta iglesia rusa de estilo bizantino, tiene seis cúpulas (cinco en la iglesia y una en el campanario), dos de ellas están laminadas en oro y el resto en cobre.
El templo de color blanco fue construido siguiendo las tradiciones de la arquitectura rusa antigua. El campanario es una réplica de los campanarios del siglo XVI. Al sagrado recinto, por necesidades de la liturgia y la consagración, se accede mediante dos escaleras de granito.
La primera piedra de su construcción fue colocada en 2004 y en 2008 se ofició la Divina Liturgia de su consagración como Catedral Ortodoxa Rusa Nuestra Señora de Kazán.
La Virgen de Kazán o “Nuestra Señora de Kazán” es el ícono y la reliquia más venerada en Rusia.
La virgen es la patrona y protectora de la ciudad de Kazán. En Rusia existen dos catedrales que llevan su nombre: la Catedral de Kazán, en Moscú y la Catedral de Kazán, en San Petersburgo.
En la Catedral Ortodoxa de la Habana se encuentran algunas reliquias, entre ellas, un ícono del santo ruso Serafim Sarovski.
Desde inicios del siglo XX existe en Cuba una congregación ortodoxa formada por emigrantes de origen griego, ruso y ucraniano. Algunos crearon familias con cubanos y cubanas, y hoy viven en la isla. La Catedral se convirtió en la esperanza de muchos de ellos, al poder llevar a sus hijos a las liturgias, conocer sus íconos y la tradición ortodoxa rusa.
Historia de la Virgen de Kazán
Los poderes milagrosos de la Virgen de Kazán se remontan a 1579. Se cuenta que su imagen fue encontrada por una niña bajo las cenizas de Kazán, una antigua ciudad rusa que fue consumida por un incendio. La niña tuvo un sueño con la virgen que le revelaba el lugar donde encontrar el ícono. Más tarde la imagen fue llevaba al Templo de San Nicolás y posterior a la Catedral de la Anunciación, donde los ciegos le pedían la gracia de la visión y ocurrieron estos milagros. Algunos refieren que en 1918, se perdió durante el gobierno bolchevique. Fue subastada como un tesoro precioso en Polonia. Un magnate inglés la compró y luego la vendió para pagar impuestos.
En subasta abierta fue comprada por una organización católica y rescatada por el Ejército Azul “Blue Army of Our Lady” quien construyó una capilla en Fátima, Portugal con el fin de protegerla. Estuvo allí hasta 1993 cuando el Papa Juan Pablo se la entregó al pueblo ruso. Por eso se dice que la Virgen de Kazán se ha convertido en un símbolo que representa la unión de los católicos y los ortodoxos.