Biscayne Bay un frágil ecosistema que necesita protección. Una historia real
En Agosto del 2020, la ciudad de Miami despertó con la triste noticia de la muerte de peces en la Bahía de Biscayne
El frágil ecosistema de la Bahía de Biscayne hogar de miles de criaturas marinas está viviendo su crisis más grande según Miami Water Keeper. Desde hace mucho tiempo biólogos del FWC han venido investigando la perdida de las algas en la zona norte donde se encuentra el Julia Tuttle Basin.
Una biólogo marina y una artista de la comunidad que trabaja como voluntaria limpiando la bahía afirman que con amor y sí se hace lo correcto la bahía puede regresar a lo que un día fue.
“No todo se ha perdido, con el tiempo si se toman las decisiones correctas las algas volverán a crecer y la bahía podría recuperar su balance y su color característico“. Biólogo Marina
Brie, es Biólogo Marina y desde el 2005 ha estado buceando en Biscayne Bay estudiando el complejo ecosistema marino. En el 2014 comenzó a documentar las algas en el Julia Tuttle Basin. Durante este tiempo ha podido presenciar los daños causados por el hombre, como también por desastres naturales como el huracán Irma.
Artista de la comunidad Katheryn Mikesell, Co -founder Executive Director of the Fountain head Resident and Studios.
Cuando el pasado domingo Kathryn Mikesell fue al Morningside Park en la costa de la bahía de Biscayne como de costumbre a dar un paseo en su paddle, nadar y recoger la basura y el plástico. Ese día recogió una bolsa grande de basura pero en el agua se encontró con algo que no es normal. Algunos peces muertos!. Qué será?. Será que los pescadores locales los tiraron. Esa noche se fue a su casa pensando qué sería.
“El domingo no eran muchos. El lunes temprano en la mañana regresé al mismo lugar. Cuando estaba nadando en el agua vi que venían pelícanos de todos los lugares como si esperaran algo. Aunque todo parecía tranquilo, menos la algarabía de los pelícanos, muy cerca de allí en toda la orilla habían miles de peces muertos. Me quedó consternada. Me puse en contacto con Miami Water Keepers, la ONG que vigila y aboga por las aguas en el Sur de la Florida” – Desde el principio se habló de falta de oxígeno. Era evidente que los peces se desesperaron y fueron a buscar el oxígeno a las orillas.
El “brave little buoy”, del Center for Aquatic Chemistry and Enviromental del FIU fue instalado para investigar la salud del agua confirmando lo que los científicos temían, el nivel del oxígeno disuelto en el agua (DO dese) era cero.
Miami Water Keeper, la organización local que estuvo al frente de toda la investigación publicó en su red de Instagram que había todo tipo de vida marina y animales nativos de la Bahía: pez globo, pez sapo, anguilas, camarones, pez tronco, pez aguja, pez lagarto, hogchoker, pez hogfish, barracuda, pez loro, pez ángel, cangrejo azul, cangrejo herradura, caballitos de mar, pulpo, langosta, gruñidos, pargo de manglar y más.
La biólogo marina Brie afirma que la bahía perdió su protección natural. “Cuando vas a la bahía te puedes dar cuenta que está bordeada por un malecón de cemento, que sustituyó los manglares que habían anteriormente. Ya no hay manglares. En su lugar ahora viven millones de personas a las que tenemos que tener en cuenta porque para solucionar los problemas de la bahía hay que tener en cuenta toda la gente que vive aquí, los desechos, la fertilización, los tanques sépticos, la marea alta y la subida del nivel del mar”.
Reflexión personal: Solamente el amor puede salvarla. Cuando Kathryn me envió las fotos de los peces no pude aguantar mi tristeza. En los últimos años he documentado, fotografiado y filmado la vida salvaje de la bahía en todo su esplendor y se que esta es su casa, no tienen otra. Cuando fotografías el milagro de la naturaleza que existe aquí entiendes que tenemos que proteger lo que nos inspira.
Para saber más de la situación actual de la Bahía, sus riesgos e involucrarte en su protección, visita Miami Water Keeper en el siguiente link.