Viaje virtual con tres mujeres por el desierto de Arava en Israel.
Noa Raman es una maravillosa maestra de yoga que participa en el festival de Yoga en el desierto. Nina Shapiro es Directora de Bienestar del Six Senses Shaharut, un nuevo spa oasis resort en el valle de Arava que está preparándose para abrir sus puertas el próximo verano. Idit Gandelman está fascinada con la manzana de Sodoma, una fruta que crece silvestre en el desierto de Israel.
En un viaje virtual, a través de Zoom estas mujeres de Israel me mostraron una ventana de su vida y de su trabajo en pleno desierto de Israel. Uno de los lugares más fascinantes del planeta donde la vida es muy diferente a lo que imaginamos. Un desierto que sana con su aire puro, revitaliza con sus paisajes de dunas onduladas de arena pero también donde se puede sembrar lo que se come. Un desierto que llaman hogar y que debe ser sostenido.
El horario de diferencia no interfirió con este viaje virtual, en febrero el desierto tiene un cielo soleado y un clima caliente. Allá estaba Nina Shapiro en el Alquimic Bar at Six Senses Spa, un resort en la pequena villa de Shaharut, Valle de Araba en el desierto de Negev.
Alumbrada con una luz de vela, Nina muestra como prepara los tratamientos de belleza sin químico ni conservadores. Un ritual natural que también se puede hacer en casa rayando la cáscara de un limón y una naranja, sal del himalaya y aceite de coco.
A cuatro hora en autos desde Jerusalén y Tel Aviv se llega a Shaharut. Ana, quien acompana a Nina hace el viaje con frecuencia y cuenta lo maravilloso que el viaje.
“Puedes ver los colores que cambian en el paisaje, de verde a carmelita a rosado en solo cuatro horas. Esto es por el día pero cuando cae la noche no existen cielos estrellados como los del desierto algo que acerca a los buscadores de estrellas y astrónomos“.
El valle de Arava abarca 112 millas desde el Mar Muerto hasta Eilat. A oeste tiene las tierras altas del Negev y al este con el Montañas de Edom de Jordania.
En Israel los desiertos, antiguamente desolados están emergiendo como destinos holístico donde la gente va a rejuvenecer la mente, el cuerpo y el espíritu. El estrecho valle de Arava, que se extiende 180 kilómetros (112 millas) desde el Mar Muerto hasta Eilat, limita al oeste con las tierras altas del Negev y al este con el Montañas de Edom de Jordania.
Noa Raman vivía en California y decidió regresar a Israel con su familia. Ahora trabaja como maestra de yoga en Tel Aviv.
El Yoga Arava, es un evento de yoga único en su tipo en el mundo. Por décimo año, durante un fin de semana completo, los mejores profesores israelíes y profesores invitados del extranjero imparten más de 40 talleres de yoga en todos los estilos. Más de 60 casas de huéspedes diferentes que van desde granjas individuales, Hans, suites en el desierto, lujosas habitaciones y casas de huéspedes en diferentes kibutzim.
El desierto que llamamos hogar debe ser sostenido
Idit Gandelman está fascinada con la manzana de Sodoma, una fruta que crece silvestre en el desierto de Israel y se ha convertido en el último descubrimiento de Ahava, la compañía para la que trabaja.
La manzana de Sodoma: una planta única que crece en el desierto de Israel a la que se hace referencia en la Biblia y que se usó en la antigüedad como arma.
Los científicos de AHAVA se esfuerzan por tener un impacto mínimo en el medio ambiente. Para el retorno de agua en las instalaciones se usa la flora local que filtra los desechos y restaura el agua limpia en el desierto.
Puntos de interés a visitar: Makhtesh Ramon
Allí se pueden buscar signos de vida silvestre en el desierto. Este es el lugar donde, según las historias bíblicas, los israelitas vagaron una vez durante 40 años.
Pico perfecto para una vista de águila sobre las montañas de Edom, donde se encuentra la ciudad escondida de Petra. Desde aquí se pueden ver las dunas de arena jordanas “cayendo” en el valle y formando hermosas vistas geomorfológicas.