Inviernos sin nostalgia en la Engadina Suiza.
En el frío invierno de la Engadina Suiza, el sol se lleva la nostalgia del invierno y hace maravillas en el aire y en la nieve.
Es febrero y aún no ha llegado la primavera a los Alpes helados en la Alta Engadina Suiza. Los rayos del Sol no pueden llegar al fondo del valle en invierno formando formando cristales de nieve que brillan magicamente.
La Engadina es la región de Suiza donde más calienta el sol en invierno y donde menos se padece el “winter blue”, la nostalgia del invierno.
En este lugar suceden fenómenos naturales maravillosos en los días fríos y soleados. cuando el clima está muy seco y el aire de las montañas parece estar lleno de millones de diamantes pequeños que brillan a la luz del sol.
Los locales llaman a este fenómeno “Aire del Champagne”, y lo celebran saliendo a caminar por las laderas nevadas.
Y es que aquí el sol hace milagros, no solo en la naturaleza, también en el espíritu de los locales. Desde 1937 el logotipo de Saint Moritz, el pueblo más famoso de la Alta Engadina, ha sido un sol sonriendo.
Parece que en invierno todo brilla en la Engadina. Otro evento celestial también es muy esperado por quienes viven allí, nos refiere Yvonne Geiling.
“El sol no es el único que hace brillar a la Engadina. En las noches de luna llena, cuando la luna se refleja en la nieve todo brilla. Es maravilloso. Muchos artistas, poetas, escritores se inspiraron en este lugar”.
Su lugar favorito para ver la luna y el panorama de la Engadina es Muottas Muragl, un lugar en la vertiente sur de la cima de Blais da Muottas (2,568 m) donde se puede subir en un tren de montaña.
Este sitio es para gente muy sensible y romántica que ama conectarse con los cuerpos celestes y la naturaleza. Una ruta de senderismo invernal de 7 kilómetros de largo, llamada “La ruta de los filósofos”, sigue los pasos de grandes pensadores de épocas pasadas.
En 2011 aquí se instaló el reloj de sol más preciso del mundo, «SINE SOLE SILEO», en latín «Sin sol, callo», al lado de un hotel que funciona con energía solar y produce más energía de la que necesita.
En los meses de invierno cuando el sol está muy bajo en el cielo y sus rayos no llegan a la esfera, el reloj funciona como reloj lunar, y en las noches de luna llena la precisión es de 30 a 60 segundos.
Cuando no existía reloj como este en la antigüedad la gente usaba el sol, y para determinar el día y el año lo hacían midiendo la longitud de su sombra. De pie, al lado del reloj, miramos como nuestras sombras se reflejaban en la nieve.
En el silencio místico de Muottas Muragl, a una altura de a 2, 456 m sobre el nivel del mar, solo se veían montañas nevadas en el horizonte. En un lugar como este la presencia humana desaparece y la sensación de soledad empieza a habitar en los que allí se acercan. Este es el momento en que el sol hace otro milagro, esta vez en el espíritu.
La sensación de liberación es impresionante. Has llegado a la cima y te das cuenta como nunca de tu presencia en este universo. La sombra te sigue a donde quiera que vayas la estás viendo siempre en la nieve.
La nieve que fue lluvia a principios del invierno y a la cual el artista Timo Lindner le dedicara su escultura en piedra natural recubierta en mármol “Il Guot”- “La Gota” que simboliza el agua en todas sus formas, lluvia, hielo y nieve.
Para saber más: La Alta Engadina incluye 11 pueblos. A lo largo de 34 millas se encuentran: Sils, Silvaplana, St. Moritz, Celerina, Pontresina, Samedan, Bever, La Punt Chamues-ch, Madulain, Zuoz y S- chanf.
Cómo se llega: Se puede llegar a través del Paso de Maloja, el valle de Bregaglia o por el paso de Bernina.