JULIO IGLESIAS / Creo en la infinidad del espíritu – Música – Las 100 Mejores Entrevistas de FAMA
Con Motivos del 20 Aniversario de FAMA, Julio Iglesias nos regala una entrevista.
Julio nos habla de cómo siente la presencia de sus padres en su vida, del amor a sus hijos, de Miranda su alma gemela, de sus pecados y la oportunidad que le dio la vida de volver a grabar las canciones antiguas que no le gustaban.
Julio Iglesias siempre ha sido un referente en mi vida, como lo fue para todas las chicas de mi generación que nos enamoramos escuchando sus canciones.
Yo era pequeña, cuando en mi pueblo natal, en Cuba, se estrenó su película “La vida sigue igual”. Mi madre, mi hermana y yo logramos sentarnos en el teatro después de 48 horas, esperando en una fila por nuestro turno. Era mi primera película romántica en un cine y me hacía mucha ilusión.
En aquella época, en una libreta yo escribía a mano sus canciones y guardaba recortes de sus fotos, para llevar siempre conmigo a mi ídolo. Para ese entonces él era una estrella muy lejana en mi vida.
Durante los primeros años de la revista FAMA, Sony, su casa discográfica nos llamó para una entrevista exclusiva con él. Corrían los años 90’s y Julio promovía su álbum “Tango”. En una suite de Miami Beach, yo esperaba en la silla de periodista a que entrara mi ídolo y se sentara frente a mí. Estaba nerviosa por lo que representaba, pero él con sabiduría ayudó a que todo fluyera. Ese día conocí, personalmente, a quien sería una gran fuente de inspiración para enfrentar con valor los años venideros de FAMA.
Para el mundo, Julio Iglesias es el artista latino más brillante en la historia. Para mí, ha sido uno de los regalos más grandes que he recibido.
Bienvenido Julio a la casita de FAMA! Justo ahora que has empezado a vivir una nueva etapa en tu vida, con el mejor trabajo discográfico de tu carrera bajo el brazo, tu disco “1”.
Y cómo no voy a estar aquí con FAMA, si ustedes me han apoyado mucho!
Impresionante Julio, 44 años de carrera y 300 millones de discos vendidos en el mundo.
Lo más importante de mi carrera es que estoy vivo.
Dios, bendito!
Estar vivo es un privilegio, sobre todo cuando uno escribe 33 años y dice que 33 años nada más es media vida. Y mi padre me decía: “has escrito una canción que no tiene nada que ver con el futuro porque 33 años es el comienzo de la vida, no la mitad de la vida”…Y, efectivamente, tenía razón, pues yo tengo ahora más del doble, un poquito nada más.
Cómo te sientes?
Estoy empezando a vivir otra vez. No tengo ningún problema.
La última vez que conversamos te hablé de mi pasión por el flamenco y te quedaste con ganas de grabar un disco.
Sí, pero yo tengo el flamenco en el alma. El problema es que ya no tengo tanto tiempo. Si tuviera 48 años yo lo hubiera grabado…
Amigo querido, también estabas apasionado con el disco “Tango”, me dijiste que habías descubierto un color que no conocías.
“Tango” tiene una connotación muy bonita, las letras son simples pero tienen gran significado. “A media luz”, es una letra corta pero simboliza mucho, una historia de amor en un apartamento donde se apagan los teléfonos y se viven unos momentos. “Caminito” o cualquiera de esas bellísimas canciones, me recuerdan mucho a las letras que yo escribía cuando empecé. “Tango” fue un álbum importantísimo en mi carrera porque vendió muchísimos discos.
De dónde le viene a Julio tanto romanticismo y melancolía, de qué lado de tu familia?
Yo creo que genéticamente no tengo ninguna herencia clara. Si vengo del Norte o del Sur, del Este o del Oeste. Yo creo que yo soy una rama, un árbol de esos que nacen en el medio de África y que le hacen una foto, y dicen: esto es África! y se ve todo desierto y el árbol allí. Yo creo que yo pertenezco a ese tipo, que no tengo alrededor nada en lo que yo pueda pensar, que yo esté influenciado, familiarmente y por supuesto genéticamente.
Y profesionalmente?
Profesionalmente sí. Me interesa mucho la vida de Frank Sinatra, de Elvis o de Nat King Cole, es una maravilla como cantaban esos hombres.
Cómo es que has podido mantener tan limpia tu carrera, sin haber caído en las miserias humanas, escándalos y vicios que vienen con la FAMA?
Pero yo no soy tan bueno, he sido un poquito golfito…
Pero eso fue al principio, Julio.
No! Fui golfo, fui golfo; pero un golfo bueno, un golfo disciplinado, con la disciplina de entender los límites hasta donde uno puede llegar. Pero al fin y al cabo, un pecador.
Me gusto el título de tu nuevo disco “1”.
En realidad yo no soy el autor del título, la idea fue de la compañía que quiso reunir las canciones que fueron número uno, y estoy feliz porque ahora el “2” es el próximo…
Cómo te fue emocionalmente en estos tres años que te metiste de lleno a sacar el nuevo disco. Has tenido que abrir puertas que ya estaban cerradas?
Primero, ha sido una oportunidad buenísima porque en los primeros años de mi vida las grabaciones sonaban mal. No estaba conforme con lo que estaba haciendo, por lo cual, tuve siempre la idea de volver a grabar las canciones y así fue. Cuando tuve la primera oportunidad volví a grabar lo que canté de una manera muy rudimentaria porque yo no nací cantante.
Y que pasó al cantarlas de nuevo?
Pasó que ahora siento que es un momento mágico, que he podido volver a cantar las canciones antiguas. Ahora que los sistemas nuevos de grabación son una maravilla. Motivo para que yo sintiera las ganas de volver a hacer algo que podría hacer mucho mejor y lo hice!
Vienes de una familia longeva, tu padre falleció con 90 años y tu madre con 83 ¿no?
Sí.
Me encanta el nombre de tu madre, María del Rosario de la Cueva y tú eres Julio Iglesias de la Cueva ¿no?
Exactamente!
Cómo fue la relación con ellos, cómo marcaron tu vida?
Bueno mis padres fueron fundamentales. Yo nací en una familia muy generosa. Y con una mamá muy mamá y un papá muy papá. Entonces eso abarrotó muchísimo mis valores morales. Lógicamente, los recuerdos de mi padre y mi madre son para siempre, no son cosas que yo las tenga olvidadas, están latentes en mi. Yo siempre he pensando y lo creo mucho más desde que soy padre, que el amor de padres a hijos es mucho más desinteresado, que el de hijos a padres. Y está más claro que el agua. Por eso, al ser papá y haber sido hijo entiendo que el amor de mis padres fue importantísimo para mí.
Cómo era ella Julio?
Mi mamá era una madre típica mediterránea, muy controladora en la parte moral y muy controladora en la parte física. Naturalmente, siempre estaba pendiente de sus hijos. Y mi padre era un hombre de gran enseñanza, porque mi padre era un maestro, un profesor de medicina y un hombre muy íntegro, y yo tengo siempre el recuerdo de haber sido una maravilla de papá.
De ahí saliste estudioso?
Estudioso no. Salí un poco mejor de lo que podía haber sido ¿no? Cuando los valores morales son fuertes uno aprende mucho de eso. Y eso para mí fue vital.
Tu abuelo José de la Cueva era periodista?
Era periodista y un grandísimo escritor.
Me gustaría leer sus libros.
Lee, lee, porque es importante. Se llamaban los hermanos Jorge y José de la Cuevas, que eran grandísimos escritores.
Entonces, de ahí, te viene la vena.
Puede ser que la vena de la prosa venga de la parte de esa familia.
Y era andaluz tu abuelo?
Sí, lo era. Yo tengo mucho de andaluz.
Tienes más de andaluz que de gallego?
No. Yo soy más viajero, soy más para afuera que para adentro. Para afuera en el sentido que no creo en las tonteras.
Y para adentro?
Porque creo en el espíritu muchísimo. Creo en la infinidad del espíritu. Es muy importante para mí.
Nunca conocí esa parte tuya, pero siempre he pensado que dentro de tu grandeza hay un gran ser espiritual, nada más hay que conocer tus canciones y esa gran familia que tienes.
El espíritu es un poco la reacción del alma con la mente. Si no es consecuente, no tiene sentido de la estética, ni es capaz de coordinar nada. El alma es muy importante y la mente es muy importante. El espíritu es importante si la mente, que es lo racional, y el espíritu, que es la parte anímica, están juntos. Si yo no tuviera un espíritu fuerte y sólido, seguramente, no sería artista.
Recurres a Dios en un momento difícil?
Tengo a Dios presente toda mi vida. Para mí Dios es una realidad, no es una idea. Para mí Dios es la vida, para mí Dios es la creatividad, para mí Dios es el Universo, para mí Dios es lo que se siente.
No es un símbolo como llevar una cruz en el cuello?
No, nada de eso, yo no llevo ni reloj. Yo miro el tiempo cuando lo pregunto y si no, me lo imagino.
Siempre he admirado tu sencillez y he dicho que Enrique es tan sencillo porque lo heredó de ti. Dile que lo quiero entrevistar…
¿Y cuándo lo quieres entrevistar?
Cuando él pueda.
Todavía tengo la foto que Miranda y tú me enviaron de vuestro hijo Miguel cuando era un bebé, estaba precioso con la toalla en la cabeza.
Miguel es un hombrecito. Ese tiene ya seis pies. Tiene 14 años y es un gigante.
El pasado 24 de agosto estabas celebrando dos años de matrimonio?
Ileana, yo estaba casado desde que conocí a Miranda.
Hacen una pareja preciosa y me da mucho gusto la felicidad que has encontrado con ella.
Gracias, Ileana.
Cómo se reúne toda esa familia tan linda y tan grande que tienes, Enrique, Julio, Chabeli, tu nieta?
Nos reunimos en una galaxia, mi amor. Uno está en un sitio y el otro está en otro, cada uno por su lado. Pero tenemos una afinidad muy grande y es que todos nos queremos.
La fama es peligrosa pero a ti nunca te afectó el mal de la FAMA.
La fama es una historia de amor entre el público y el artista, que dura mientras el artista piense que sin su público no existe nada. La fama genera un amor profundo o un amor pequeño. Cuando la fama es pequeña el amor es pequeño y cuando la fama es grande el amor es grande.
En realidad es muy sencillo. El artista canta a su gente y su gente le devuelve ese cariño dándole un reconocimiento, diciendo: me gusta lo que haces! En ese momento, el artista empieza a ser “famosillo”. Pero cuando la fama es una fama generosa, íntegra, uno dura toda la vida con la gente. La gente sabe y entiende a largo plazo todo. A corto plazo, es más sencillo.
La fama no me ha vuelto la cabeza loca. La fama ha generado en mí, conocimientos que no tenía antes, oportunidades de visitar países, conocer gentes y darle a mi familia una vida buena.