El Flandes de Bélgica huele a malta y a chocolate
El Flandes de Bélgica huele a malta y a los famosos chocolates belgas; pero también es la región que guarda la mayor riqueza de este país como los diamantes esculpidos en los talleres de Amberes.
Hay otras ciudades tan pequeñas y a veces olvidadas como Malinas pero también tienen su gloria y puedes vivir experiencias únicas como dormir en una iglesia convertida en hotel y aprender el arte de tocar las campanas.
Aquí puedes enterarte de la historia y la vida de la princesa Margarita de Austria y su sobrino el emperador Carlos V. En Amberes vivió, trabajó y murió Pedro Pablo Rubens, uno de los pintores más grande de todos los tiempos.
A primera vista te enamoras de su arquitectura y la belleza de sus plazas antiguas pero esto es sólo la cáscara, lo que está a simple vista. Hay que vivirlas para darse cuenta por qué se distinguen de otras ciudades multiculturales europeas.
Este es un viaje de 12 días en tren por la región flamenca de Bélgica descubriendo el rico y diverso legado cultural que esconden las encantadoras ciudades de Malinas, Amberes, Brujas, Gantes y Bruselas. Amberes es la ciudad natal de pintores como Rubens y Van Dick y Malinas la ciudad donde vivió el emperador Carlos V.
No te pierdas la pequeña Malinas; es un tesoro por descubrir
Mi primera visita: A diez minutos de Bruselas, viajando en el tren express llegué a Malinas (Mechelen), la antigua capital de los Países Bajos borgoñones.
La primera noche dormí en el hotel Martins Patershof de Malinas.
Me gustó este hotel porque es un sitio muy particular, es una sorpresa. Su exterior sigue siendo la fachada de una iglesia que perteneció a un convento de monjes franciscanos; pero el interior ha sido totalmente remodelado. Cruzas la puerta de la iglesia y entras al moderno Martins Patershof de Malinas. Puedes ver la ciudad a través de los vitrales de las habitaciones con techos arqueados.
A Malinas se le conoce por la cerveza, las campanas y los tapices.
En Malinas visité a fábrica de cerveza más antigua de Bélgica – Het Anker (El Ancla) y almorcé en el restaurante de la cervecería, Brasserie. Lo primero que los belgas sirven en las cervecerías no es agua, sino un enorme vaso de cerveza para saciar la sed; pero cada tipo de cerveza tiene su vaso o copa especial. En Het Anker se prepara la famosa cerveza navideña Gouden Carolus que era la favorita del emperador Carlos V.
En la noche subí a la cima de la Catedral de San Rumbold, famosa por su escuela de Carrillón. Estudiantes de todo el mundo la visitan para aprender el arte de tocar las campanas.
Era invierno y el aire frío olía a malta, a pesar del viento era agradable respirarlo, una y otra vez. Me hubiera quedado por más tiempo. Es el momento en que comprendes el poder que tiene la aromaterapia porque yo no soy bebedora de cerveza.
En Malinas vale la pena quedarse un día más para visitar la Fábrica de Tapices Reales de Wit, el Palacio de Margarita de Austria y el Mercado Grote.
La única estatua de una mujer en una plaza Mayor en Bélgica es la de la princesa Margarita de Austria y tía del emperador Carlos V.
De 1507 a 1530, Margarita de Austria fue gobernadora de los Países Bajos de los Habsburgo. Su palacio residencial era la corte de Saboya, el primer edificio renacentista en los Países Bajos. Fue desde aquí que se expandió el renacimiento. En la corte de Margarita prosperaron las artes y las ciencias. En su palacio residían grandes artistas y filósofos. Su pasión más grande era la música polifónica. Actualmente su cantoral se conserva en el archivo municipal de Malinas.
Museo de Tapices Reales de Wit
Royal Manufacturers De Wit es uno de los pocos lugares que quedan donde se pueden ver estas obras de artesanía. No sólo están creando obras de arte moderno y de intermediación de ventas, sino que son capaces de limpiar, estudiar, restaurar y reparar tapices antiguos y textiles de todo el mundo, la preservación de la historia de hilo en hilo cada vez.
Viajé en tren de Malinas a Amberes
Al llegar a la Estación Central de Trenes de Amberes te quedas con la boca abierta. Esta terminal es hermosa y justifica el viaje en tren. No es lo mismo llegar en auto que hacer la entrada triunfal por la estación que está considerada entre las terminales ferroviarias más lindas del mundo.
Los ambarinos la llaman la Catedral del Ferrocarril. Su impresionante cúpula de 44 metros de altura la decoró Luis Delacenserieen, no te cansas de mirarla.
Si tuviera que describir a Amberes empezaría diciendo que la ciudad me va como un anillo de diamante al dedo. Lo he dicho con doble sentido porque estamos en la Capital de los diamantes en el mundo.
Me identifiqué mucho con el estilo de vida cultural de Amberes. Los ambarinos son gente muy abierta a recibir al extranjero, personalmente nunca olvidaré la hospitalidad y compresión de mi anfitriona Vera Verschoren. Sin su esmero la producción y filmación de Descubriendo Historias en Amberes no hubiera sido posible. Ella logró un set exclusivo para la filmación en la casa – taller del pintor Rubens y nos facilitó la movilización del equipaje por tierra mientras nosotros filmábamos en los trenes.
Rubenshuis, la casa donde vivió Rubens con su familia ocupa dos edifiicos en la plaza Wapper, en uno de estos se encuentra el estudio donde creó sus famosos cuadros. Si te quedas con deseos de ver más de Rubens, visita la iglesia de Santiago en Lange Niewstraat, 73-75, aquí está enterrado el pintor y su familia.
Amberes es una de las capitales mundiales del diamante y la meca de la moda belga. Cada 10 diamantes que se venden en el planeta, 7 han salido de aquí.
Hay tiendas como Diamondland donde puedes apreciar cómo trabajan los mejores talladores del mundo
Parte del encanto de la ciudad está en el Barrio de los Diamantes. Nunca tendrás tiempo de visitar las 1, 900 tiendas que se aglomeran en un área de 1 kilómetro a la redonda. Lo peculiar es pasar frente a las vidrieras para ver el brillo de los diamantes. Si compras uno en el distrito, puedes irte tranquila porque llevas contigo el sello de garantía que dice que ha sido “Tallado en Amberes”.
Aires parisinos pero es la Bélgica borgoñesa
Los diamantes no son la única piedra preciosa de esta ciudad, su río Escalda también ha sido muy generoso con los habitantes de Amberes desde los tiempos de la Edad Media. Un dicho popular dice: “Dios le dio el Escalda a Amberes y el Escalda dió a Amberes todo”.
La ciudad tiene aires parísinos y es en su gastronomía borgoñesa donde más se siente la influencia.
Uno de los sitios que más me gustó para tomarme un café fue en el Café De Foyer que está ubicado en el centro de la cúpula del Teatro Bourla. En sus techos puedes ver una pintura con todos los signos del zodiaco.
Neuze – Neuze (Nariz – Nariz) con toda la honestidad puedo decir que este es uno de los restaurantes donde vives una experiencia que nunca vas a olvidar. Está ubicado en una antigua casona del siglo XVI en la calle Wijngaardstraat 19. Su Chef y propietario José Diez es un español que ha elevado la cocina flamenca a los altares. Todo es fresco en su laboratorio culinario y cada alimento que es utilizado para la creación de un plato es considerado sagrado. Faisanes, setas del bosque y creaciones de dulces y sorbets de frutas y chocolate belgas. Por supuesto de su tierra natal incluyó en el menú la natilla catalana.
Después de una cena nutritiva la moda es visitar una ginebrería. Me gusta el ambiente nocturno en Wijngaardstraat 19
Amberes es refinado y su elegancia se palpa en el Barrio Zuid, una zona que alberga las boutiques de los diseñadores belgas que han alcanzado fama mundial.
Andar en bicicletas es el día a día
Aquí la edad no es una excusa para pedalear y la Plaza Grote Mart es una zona peatonal en el corazón de la antigua ciudad. Los belgas rentan las bicicletas cuando necesitan ir más allá de la zona donde trabajan y viven.
Seguimos para Brujas- Búsca en este sitio la continuación del viaje.