El 21 de septiembre es el Día Mundial de la Paz y coíncide con los 100 años de las Apariciones del Angel de la Paz a los niños pastores de FATIMA en septiembre de 1916.
El Angel se les apareció en la cueva Loca de Cabeco en Portugal, un año antes que ocurrieran las apariciones de la Virgen de FATIMA. Estos sucesos históricos religiosos que tuvieron lugar entre 1916 y 1917 convirtieron la remota aldea de campesinos en uno de los centros de peregrinación más grande del mundo donde hoy en dia se venera a la virgen.
Juan Pablo II, un devoto confeso de la Virgen de Fátima, viajó hasta allí en 1982 para dar gracias por haber sobrevivido a un intento de asesinato el año anterior. En 2000, en su tercera visita al sitio, anunció la beatificación de Jacinta y Francisco, a quien el Vaticano atribuyó el milagro de una curación
Primer mensaje del Angel anunciando la paz – texto del diario de Lucia.
“No temáis. Soy el Ángel de la Paz, el Angel de su guardia, el Angel de Portugal. ¡Orad conmigo!.
“Durante los días siguientes de las apariciones nuestras acciones estaban impulsadas por este poder sobrenatural. Por dentro sentimos una gran paz y alegría que dejaban al alma completamente sumergida en Dios. También era grande el agotamiento físico que nos sobrevino”.
Las apariciones Inicialmente fueron miradas con recelo por la Iglesia, aunque apreciadas por el pueblo, el fenómeno no fue reconocido por el Obispo de Leiria hasta 1930.
Para quienes estén pensando visitar FATIMA. Aquí les incluyo algunos datos de interés
Aljustrel
El lugar de nacimiento de los tres pastorcitos y la casa de los hermanos Francisco y Jacinta se pueden visitar, así como la casa de Lucía, convertida en un museo, que representa el estilo de vida local a principios del siglo 20. Saliendo de Aljustrel se puede caminar a lo largo de la vía sacra Valinhos. Este es el camino que Lucía, Jacinta y Francisco perseguidos de Aljustrel a Cova da Iria.
Esta vía sacra tiene 14 emisoras en la memoria de la Pasión del Señor y una estación y 15 de evocar la resurrección conocido como el Calvario húngaro o Santo Estêvão Capilla. Las estaciones sacras fueron dadas por húngaros católicos, los refugiados en el mundo occidental después de la invasión soviética de Hungría.
La vía sacra (inaugurado el 11 de agosto 1962) y la Capilla (inaugurado el 12 de mayo 1964) fue proyectada por el ingeniero Ladislau Marec. La estación fue abierta el 15 de 13 de octubre de 1992.
Antes de llegar a la capilla de Santo Estêvão, los visitantes pueden ver “Loca do Anjo”, el lugar donde los tres pastorcitos recibieron al “ángel de la paz” la primera y la tercera aparición (en primavera y en otoño del 1916).
El orden de las apariciones en el Diario de Lucia, la pastorcita vidente.
Primera Aparición: Primavera del 1916: Diario de Lucia: “Subimos el ganado cerro arriba en busca de abrigo. Después de haber tomado nuestro bocadillo y dicho nuestras oraciones, vimos a cierta distancia, sobre la cúspide de los árboles, dirigiéndose hacia el saliente, una luz más blanca que la nieve, distinguiéndose la forma de un joven trasparente y más brillante que el cristal traspasado por los rayos del sol. Al acercarse mas pudimos discernir y distinguir los rasgos. Estábamos sorprendidos y asombrados.
Segunda Aparición fue en Verano: Ocurrió a mediados del verano, cuando llevábamos los rebaños a casa hacia mediodía para regresar por la tarde. Estábamos a la sombra de los árboles que rodeaban el pozo de la quinta Arneiro. De pronto vimos al ángel.
Mensaje de Paz
Atraed así sobre vuestra patria la paz. Yo soy el Ángel de su guardia, el Ángel de Portugal. Le imitamos llevados por un movimiento sobrenatural y repetimos las palabras que oímos decir: -“Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman”.
Tercera Aparición/ Octubre o a fines de septiembre: “Pasamos un día desde Pregueira a la cueva Loca de Cabeco, caminando alrededor del cerro al lado que mira a Aljustrel y Casa Velha. Allí decíamos nuestro rosario y la oración que el Ángel nos enseño en la primera aparición. Estando allí apareció por tercera vez, teniendo en sus manos un Cáliz, sobre el cual estaba suspendida una Hostia, de la cual caían gotas de sangre al Cáliz. Dejando el Cáliz y la Hostia suspensos en el aire, se postró en tierra y repitió tres veces un oración a la Santísima Trinidad.
“No se por qué las apariciones de Nuestra Señora producían efectos bien diferentes. La misma alegría íntima, la misma paz y felicidad, pero en vez de ese abatimiento físico, mas bien una cierta agilidad expansiva; en vez de ese aniquilamiento en la divina presencia, un exultar de alegría; en vez de esa dificultad en hablar, un cierto entusiasmo comunicativo”.