ANTIGUA GUATEMALA: EL ENCANTO DEL ESTILO COLONIAL
Hay lugares mágicos que avivan el alma y aportan el renacer espiritual
Aproximadamente, 45 kilómetros al oeste de la capital de Guatemala y a una altitud de 1470 metros sobre el nivel del mar, en el departamento de Sacatepéquez, está enclavada como tablero de ajedrez la mítica ciudad de Antigua Guatemala: una revelación, un oasis de paz.
Un viaje en el tiempo
Declarada por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad, por la preservación de sus antiguos monumentos, a pesar de haber sido severamente dañada por los terremotos y por el deslave de un volcán, muchas de sus icónicas construcciones coloniales han sido restauradas y otras se preservan como ruinas.
La ciudad nos salva del ruido, las tensiones cotidianas, el invasivo tráfico y nos abre sus predios para descubrirla al caminar. A lo lejos, se divisa inactivo pero majestuoso el Volcán del Agua, con sus 3 766 metros de altura.
Parece que el tiempo se ha detenido
Fachadas barrocas, iglesias, conventos, ermitas, calles de piedras, puertas de madera con grandes aldabones, ventanas enrejadas y engalanadas por macetas con flores traslucen el esplendor de siglos atrás.
Artesanías
Es imposible abarcar tanta creatividad artesanal: tejidos con intensos colores y originales diseños vendidas en mercados o en las calles, cerámicas pintadas a mano, santos de madera, ángeles de barro, finas piedras de jade coronadas con plata, vidrio y otras.
Convivencias armónicas. Pasado y presente se fusionan para aportar al visitante bienestar y comodidad.
Bajo un estricto programa patrimonial se conservan las estructuras de las casas coloniales en todo el centro de Antigua. Los huéspedes pueden disfrutar del confort que aporta la tecnología y la modernidad en hostales y posadas, y al mismo tiempo deleitarse con los muros, pinturas y mobiliarios recuperados que evocan al siglo XVIII.
Habitación del Hotel Lo de Bernal
Decoraciones de todo tipo, más o menos lujosas, al estilo colonial, con antigüedades, pinturas, pisos de terracota, techos de tejas y madera, detalles de hierro forjado conviven en habitaciones equipadas con TV por cable, wifi gratuita y baños con agua caliente.
Decenas de restaurantes y cafés, galerías de arte, museos, tiendas y diversos servicios aseguran que la brújula se oriente hacia la seducción por el retorno.