ARTE DE VIVIR

Necesitamos ciudades humanas, con el espíritu solidario de pueblos pequeños

Después del huracán han soplado vientos de optimismo entre los vecinos. Estoy aquí para ayudarte !. En Asheville tocaban las puertas, en Punta Gorda, Florida servían comida caliente en un patio

Necesitamos vivir en ciudades más humanas que tengan el espíritu solidario que existe en las zonas rurales y pueblos pequeños. Los pronósticos del tiempo están cambiando y nosotros también.

Debemos mirar más allá de nuestra puerta como lo hicieron nuestros ancestros en situaciones más precarias, como lo hacen las poblaciones más longevas del planeta y como lo están haciendo los pueblos de Florida, Georgia y las Carolinas tras el paso destructor de los huracanes Helene y Milton. Su unidad les permitirá salir más rápido del trauma spicológico que dejan estos eventos inesperados, restaurar los daños materiales y regresar a la vida.

Mirar al futuro aprendiendo del pasado.

Rescate de un perro en las Carolinas

Después del Huracán de Miami en 1926, los vecinos de la naciente ciudad tuvieron que multiplicar panes y peces para salir adelante.

He conversado con algunos amigos que viven en la costa del Golfo y seleccioné algunas historias inspiradoras que han sido publicadas por algunos colegas.

Danza del Agua por la limpieza de los Océanos 2018 Key Biscayne

Punta Gorda – Florida – Huracán Milton

“Nunca sabemos lo que vamos a enfrentar” – comentaba un amigo que es vecino de Punta Gorda, un pueblo costero en el suroeste de Florida, que ha sido impactado por varios huracanes como Milton. Lo especial en este lugar es que aquí siempre han soplado los vientos del optimismo después del paso de las tormentas.

“Nos apoyamos unos a otros. Es como debería ser. Aunque para la vida moderna esto sea una manera antigua de vivir”.

Evento comunitario para apoyar la educación en Anna María Island/ Foto Chamber of Commerce

Anna María Island – Florida

La comunidad ha sentido la perdida de su histórico Rod and Reel Pier destruido por los huracanes Helene y Milton.

Se me rompe el corazón, es un lugar de memorias. Se mantuvo en pie durante 77 años a pesar de todos los huracanes y tormentas tropicales anteriores de Florida. Seguramente se puede reconstruir

En el 2017 el huracán Irma le causó grandes daños, fue restaurado y volvió a abrir.

Fue construído en 1947

(Foto, Ana María Island Chamber of Commerce – Facebook)


En lugares como Asheville y en otros pueblos rurales como Chimney Rock nadie se esperaba lo que sucedió.

El histórico Biltmore Estates ubicado en las montañas de Blue Ridge reportó que sufrió algunos daños y algunos animales murieron en su finca.
Este negocio operado por familias desde hace 125 años ha creado un fondo de
2 millones de dólares para los damnificados en la Carolinas
.
Foto Instagram @biltmorestates

Un árbol cae sobre el techo de la iglesia St. Bartholomew’ en Savanna, Georgia. La foto fue publicada en el Newsletter de la Diocese of Georgia.

El paso desvatador del huracán Helene en Western Carolina del Norte, causó deslizamientos de tierra y arrastró barrios enteros río abajo, esto no detuvo a los vecinos de Asheville a ayudarse unos a otros y servir de voluntarios en las iglesias donde se ha servido comida caliente usando linternas.

. Aunque los libros de oración han quedado cubiertos por el lodo, los servicios religiosos continúan en cualquier lugar que sea posible.

St. Thaddeus’ en Aiken, South Carolina preparando comidas para repartir. Foto publicada por la Diocese de Upper South Carolina
  • Los episcopales del sureste excavan, limpian los daños del huracán Helene y ayudan a los vecinos en lo que pueden” – publicó Melodie Woerman en el boletín del Episcopal News Services.
  • El columnista de Outside Magazine residente en Asheville, Graham Averill escribió un conmovedor editorial donde describe cómo los artistas perdieron sus estudios.
  • “nos quedamos aislados del mundo por dos días, sin embargo la unidad salvó muchas vidas y me dio una gran fe” .

En la foto publicada en el Instagram de Turismo de Asheville podemos ver las inundaciones en el River Arts District
Los duenos de las cervecerías, galerías y restaurantes han dicho que volverá a ser lo mismo de antes, aunque tome tiempo. Ese es el espíritu de los residentes.

Los científicos de NOAA están actualizando las predicciones – y escribiendo Atlas 15.

Vivamos donde vivamos, en la ciudad, en una zona rural, costa o tierra adentro. En valles y montañas donde el “sea level rise” no sea una amenaza.

El cambio climático va a cambiarlo todo, hasta nuestros estilos de vida pero también va a tocar muy hondo la sensibilidad humana y la vida vecinal.

He recopilado algunas reflexiones y pensamientos que nos ayudarán

Tenemos que reconstruir nuestras relaciones humanas perdidas, nos necesitamos unos a otros para aguantar en los tiempos de constantes eventos traumáticos provocados por desastres naturales.

El autor del libro “Loneliness – Human Nature and the Need for Social Connection” – y neurocientífico social del University of Chicago, John T. Cacioppo explica –

“nuestros ancestros primitivos sobrevivieron situaciones extremas no por tener una mayor fuerza física sino un mayor compromiso mutuo” Como individuos y como sociedad, tenemos todo que ganar y todo que perder, dependiendo de lo bien o mal que gestionemos nuestra necesidad de vínculos sociales.

Carlos Fuentes dijo – “El aislamiento significa la muerte, la unión el nacimiento”. Puede algo ser más cierto.

Ernest Hemingway – “Para que nacemos sino es para ayudarnos unos a otros”

En el 2017, tras el paso del Huracán Irma, mis amigos de una iglesia Ortodoxa en el vecindario de Miami donde vivo, no me dejaron sola y la iglesia que tenía un generador, ofrecía comida caliente para quienes no teníamos electricidad. Sentí que era un milagro, mi miedo pasó a ser paz. Curiosamente ese lugar había sido la casa del primer alcalde de Miami, John B. Reilly y fue construida después del huracán del 1926 en un lugar donde el mar no fuera amenaza.

En el 2020 durante la Pandemia mi amiga y escritora Ana María Haar organizaba reuniones por teléfono, uniendo a un grupo de mujeres de todas las edades que habían sido sus oyentes en su programa radial “El arte del triunfo”. Aunque no teníamos contacto físico, era una oportunidad de estimularnos y no sentirnos aisladas.

Estas son las cosas que nos hacen mejores seres humanos y nos permiten ver más allá de nuestra puerta.

Tampoco me he olvidado de los animales que son parte de nuestra ciudad, las hacen más humanas y nos necesitan

Mientras pueda, las aves, las ardillas que llegan a mi jardín tiene agua y comida y he ofrecido refugio a gaticos desamparados cuando los albergues de la ciudad estaban llenos. La recompensa está en el alma y la bendición de siempre tener cerca un buen amigo.

Back to top button