Notas de Viaje, Tenerife, la isla bella del volcán
La isla pequeña del volcán es una de las más diversas del planeta. Su variedad paisajística cautiva a cuanta criatura humana la visite.
Durante sus viajes a Tenerife, los ojos de la escritora cubana Dulce María Loynaz del Castillo grabaron estos paisajes que recrea muy bien en su obra, “Un verano en Tenerife”.
Mucho antes, en 1799, el naturalista Alexander Humboldt, visitó la isla de Tenerife con el propósito de escalar el Teide. Enamorado de la isla escribió sus impresiones.
“Después de haber atravesado las orillas del Orinoco, las cordilleras de Perú, y los Valles de México, nunca había visto una perspectiva tan variada, atractiva y armoniosa de la distribución de la vegetación y las rocas en la costa oeste de Tenerife”.
Y agradecidos con él, los canarios nombraron a un mirador con su nombre y lo inmortalizaron en una escultura en el Valle de la Orotava.
Y para qué un rascacielos cuándo se tiene el tercer volcán más grande del Mundo. Aquí la mano del hombre nunca podrá superar la belleza de la naturaleza salvaje.
En la noche el cielo alumbra las montañas con millones de estrellas como si fueran lamparitas. Tenerife tiene uno de los cielos más limpios del mundo, sin la luz artificial de las ciudades.
Cuando el manto de nubes rodea el volcán, se siente como si algo faltara en la isla. En los días que las condiciones atmosféricas lo permiten se puede ver su cima, el pico más alto de España, con 3.718 metros de altura.
Llegar a la cima es la peregrinación natural de todo local y lo logrará alguna vez en su vida. Hoy en día se puede pasar la noche en el Refugio de Alta Vista del Teide a 3,260 metros, considerado el lugar de hospedaje más alto de toda España.
La sombra del Teide está considerada la sombra mayor del mundo reflejada sobre el mar, y sus paisajes volcánicos áridos parecidos a la Luna son objeto de estudio y Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco.
Los naturalistas dicen que el Teide es una isla en la isla de Tenerife, con un paisaje lunar y terrenos áridos, muy distinto al verdor existente en la zona boscosa del Macizo de Anaga, al noreste de la isla.
Todas las vistas de la isla son de una belleza paisajística impresionante. Muchas veces, cuando el cielo está despejado desde las cimas de las montañas se pueden ver las otras islas, La Gomera, El Hierro y La Palma.
En la zona de Icod de los Vinos se encuentra la Cueva del Viento, considerada entre los tubos volcánicos más grandes del mundo. Aquí se han encontrado importantes hallazgos arqueológicos que documentan quienes vivieron allí.