Vuelven a restaurar el Patio de los Leones en La Alhambra.
FAMA Descubriendo Historias viajó al complejo palaciego de La Alhambra en la ciudad de Granada, España y descubrió uno de los interiores más impresionantes del mundo donde se encuentra el famoso Patio de Los Leones que ha podido sobrevivir en el tiempo gracias a las numerosas restauraciones e intenso cuidado de los patronatos culturales de Andalucía.
La Alhambra es un monumento vivo y frágil
Actualmente las cubiertas del Patio de los Leones están siendo restauradas. Los trabajos bajo el patrocinio del
Gobierno de Andalucía comenzaron el pasado 8 de agosto y tienen un plazo de ejecución de seis meses.
Los invito a un recorrido por la Alhambra.
Lo que se conocía como la antigua Ciudad Palatina en Granada albergaba seis palacios y dos torres-palacios y de todo ello sólo quedan el Palacio de Comares y Palacio de Los Leones.
En el Patio de este palacio se encuentra una fuente que está considerada entre las mejores obras del arte nazarí.
La fuente del Patio de los Leones está sostenida por 12 leones de mármol blanco de Macael de cuyas fauces brota el agua. En el borde existe una inscripción poética de Ibn Zamrak en elogio de Muhammad V, sultán bajo cuyo reinado se construyó este palacio entre 1362 y 1391.
El Palacio de los Leones es una de las muestras más impresionantes de la arquitectura nazarí y se supone que fue en su época un “jardín de las delicias”.
Como en toda la ciudad de Granada el agua es símbolo de la vida y es poesía. Antiguamente en este patio los árboles rodeaban la fuente mezclándose con los racimos de delicadas columnas que aún sostienen las galerías.
Para saber más del Alhambra puedes leer la novela Cuentos de la Alhambra del escritor norteamericano Washington Irving. El escritor vivió en La Alhambra mientras escribía su obra en 1829.
El Patio de los Leones (Washington Irving). Fragmento del libro:
“Este antiguo y fantástico Palacio posee una magia singular, un especial poder para hacer recordar sueños y cuadros del pasado, y para presentarnos desnudas realidades con las ilusiones de la memoria y de la imaginación.
Sentía yo, pues, una inefable complacencia paseándome entre aquellas «vagas sombras», buscando los sitios de la Alhambra que más se prestaban a estas fantasmagorías de la imaginación; y nada era tan adecuado para el caso como el Patio de los Leones y sus salones adyacentes”.