ARTE DE VIVIR

Las flores silvestres que salvaron la temporada de mangos

Ante el cambio climático y la inflación hay que cambiar la manera de actuar y pensar. El mango, una helada en la Florida y temperaturas extremas afectan una cosecha

Has visto pocos mangos locales está temporada?. Qué pasó esta año con los árboles?.

Atardecer de abril, el árbol de mango San Felipe a sus 50 pies, más alto que el cocotero.

Este año, 2022, la temporada de mangos en el Sur de la Florida no fue tan abundante como otras. Los árboles locales no dieron la misma cantidad de frutos. Pocos mangos y precios altos en un ambiente de inflación.

Flores silvestres que ayudaron a la polinización de la flor de mango

La ola de frío que pasó por el Sur de la Florida el 2022

A principios de enero, en el tiempo que los mangos florecen, una ola de frío del Artico nos despertó con temperaturas entre los 30’s y 40’s que helaron el Sur de la Florida durante varios días. El cambio de clima puso triste a los árboles frutales de nuestros jardines. Los expertos en frutas tropicales anunciaron un año de cosecha de mango pobre.

Tengo dos árboles de mango en mi jardín nativo, un Fair Child y un San Felipe que son muy antiguos y generosos productores y empecé a preocuparme.

El San Felipe, con color rojo manzana, el Fair Child con color amarillo limón

No sé si mis árboles fueron sembrados o si nacieron de una semilla que se propagó entre la vegetación cuando se asentaron las primeras familias en el Sur de la Florida.

Si de algo estoy segura es de la resistencia que han tenido a través del tiempo. Los dos han resistido plagas y tienen tatuajes de ciclones y poderosos huracanes que han pasado por aquí. Han vivido más de 60 inviernos respirando las brisas frías de la Florida en este tiempo, pero esta helada poco común empezó a preocuparme.

En Florida también tenemos invierno, pero no un invierno frío, aunque parezca verano todo el año.

Durante la ola del Artico, salía a calentarme a los pies del árbol de mango. Es allí donde llegan los primeros rayos de Sol. Lo aprendí con los animales que viven en el jardín, temprano buscan la luz que da vida.

El daño físico de los árboles empezaba a ser visible. No tenía conocimientos para ayudarlos, pero voluntad y amor sí!.

Muchas ramas como estas se secaron. Warble visita al mango a finales de abril en su parada de migración de primavera.

Cómo no hacerlo, si llevo en mi cuerpo su ADN por todos los frutos que he comido de ellos y en mi memoria tengo grabado la fragancia de su piel con aroma frutal, y a madera por la resina de sus aceites. Y ni mencionar la nutrición que recibo de la Tierra, y la energía viva del Sol.

(En la foto el San Felipe, origen, Cuba.

Recordé las imágenes de las heladas que impactaron los viñedos de Francia, cuando las familias estuvieron en pie toda la noche con antorchas encendidas para protegerlas del frío.

A finales de abril, así estaba la cubierta del árbol, había perdido mucho. Ya habían nacido algunos mangos.

Empecé a buscar la forma de ayudar a mi San Felipe y Fair Child a que superaran el cambio climático. No tenía experiencia como cultivadora y con poco conocimiento era difícil encontrar en dos días una solución. Cómo podía cubrir un árbol de más 50 pies de altura.

Febrero y marzo: temporada de vientos.

En marzo era la última oportunidad que tenía el San Felipe de florecer y lo hizo. Tarde pero abundante, dejando su fragancia de polen en el aire.

(En la foto una mariposa monarca que acababa de nacer se posó en la flor de mango).

Las tormentas no colaboraron. Se registraron vientos por encima del record de esta época. Flores y flores de mango: masculinas y femeninas, caían cubriendo la hierba. Fue cuando algo maravilloso sucedió. Empecé a ver todo tipo de flores silvestres creciendo en el jardín.

La naturaleza con su mano misteriosa, había tomado control y me estaba ayudando. Acepté su ayuda con amor y respeté su trabajo sin alterar nada.

Me trajo flores, de todos los colores y con ellas creció la población de abejas, mariposas y otros polinisadores. Ocurrió la polinización del mango en las pocas flores que resistieron los vientos y conservaron el polen.

A finales de abril, cuando llegaron las aves migratorias, como de costumbre, estoy mirando al pequeño American Red Start posado en un rama seca, cuando me doy cuenta que el San Felipe está lleno de frutos. Habían crecido mangos en las ramas que perdieron las hojas.

Con poco follaje el San Felipe, se sacudió de las hojas que el frío había quemado. Nacieron nuevas y demostró que todavía seguía siendo el rey del jardín.

120 días después los mangos alcanzaron su peso de 1 libra y media y colgaban del árbol.

Llegó el tiempo de cosecha, el árbol decide cuando se separa de sus hijos y empiezan a caer.

Este es el momento de hacer el trabajo que más pasión me da. Es un acto de amor, recoger los mangos, día y noche y compartirlos.

Son deliciosos en todas las posibilidades, una deliciosa mermelada casera, un batido, un helado, una ensalada, una salsa.

(La mermelada fue preparada por Ana María Haar, una recta casera. Es una mezcla de los dos tipos de mangos, del San Felipe y del Fair Child).

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Termina un ciclo de vida y otro comenzará. Con los mangos todo en su tiempo, ni antes, ni después.

El San Felipe y el Fair Child terminan su ciclo de fertilidad, descansarán su producción de frutos y volverán a florecer el próximo invierno.

Mientras el tiempo pasa, el cardenal seguirá cantando en las ramas del mango, criando a polluelos y cuando llegue el otoño su follaje volverá a ser refugio de las aves migratorias.

Retomo un versículo de la Biblia que los cultivadores de la Tierra usan mucho y que es uno de mis favoritos. Ellos son los primeros en sentir el impacto del cambio en el clima.

“Todas las cosas bajo el Sol tienen un tiempo y un momento.
Un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado” – Eclesiastés 3:1-14 –

Por qué comer alimentos locales y en temporada?.

Es importante comer en temporada y consumir productos locales, vienen de familias productoras para quienes será muy difícil sostener un cultivo en el cambio climático. Son más frescos, sabrosos y nutritivos. La Tierra, es la mejor multi vitamina y nos ofrece en cada temporada lo que nuestro cuerpo está necesitando.

Guarda y conserva la naturaleza es generosa. Abraza el árbol

Si puedes guarda, conserva, para el resto del año. Mi madre y yo lo hacemos con los mangos y con otros alimentos. El San Felipe y el Fair Child son tan generosos que nos permiten congelar mangos para varios meses.

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Mango (Mangifera indica).

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